Cuando pensamos en acentos, a menudo nos vienen a la mente los encantadores matices del habla que revelan el origen o la procedencia de una persona. Sin embargo, en un mundo más interconectado que nunca, los acentos marcados pueden dificultar la comunicación. Entre en el mundo de la reducción del acento, una fascinante fusión de fisiología, neurología y psicología.
¿Qué es un acento?
Un acento es una forma distintiva de pronunciar una lengua, a menudo asociada a un país, una zona o un grupo social concretos. Todo el mundo tiene algún tipo de acento, influido por diversos factores como la geografía, la cultura y las experiencias personales.
Aspectos fisiológicos
Nuestro habla está formada por la intrincada danza de la lengua, los labios y las cuerdas vocales. Cada lengua tiene su propio conjunto de sonidos, que determina el movimiento de estos órganos.
- Cómo influyen en el acento: Al aprender un nuevo idioma, nuestros órganos intentan imitar estos movimientos, pero han sido condicionados por los sonidos de nuestra lengua materna. Por eso ciertos sonidos del inglés pueden resultar difíciles para un hispanohablante, y viceversa.
- Por qué algunos sonidos son más difíciles para los hablantes no nativos: El sonido “th” en inglés, por ejemplo, puede resultar difícil para los hablantes de lenguas en las que no existe.Es un reto fisiológico de reentrenamiento de los músculos de la boca.
Perspectiva neurológica
El lenguaje no sólo está en nuestros labios, sino también en nuestro cerebro.
- El papel del cerebro en el lenguaje y la pronunciación: En el procesamiento del lenguaje intervienen varias partes del cerebro, siendo las principales el área de Broca y el área de Wernicke. Estas regiones ayudan a comprender y producir el habla.
- La plasticidad del cerebro en el aprendizaje de nuevos sonidos: Mientras que los niños pueden aprender fácilmente nuevos idiomas y acentos gracias a la gran plasticidad de sus cerebros, los adultos se enfrentan a una curva más pronunciada. Sin embargo, con un entrenamiento constante, los cerebros adultos también pueden adaptarse y evolucionar.
El ángulo psicológico
Los acentos están profundamente ligados a nuestras identidades y pueden influir en cómo nos percibimos a nosotros mismos y cómo nos perciben los demás.
- Confianza, identidad y acento: Las personas pueden sentirse cohibidas por su acento, sobre todo si se encuentran en un entorno en el que son una minoría lingüística.
- El impacto emocional de la reducción del acento: Reducir el acento no significa borrar una parte de la propia identidad. Se trata más bien de adaptarse para facilitar una comunicación más clara. El viaje emocional puede ser profundo e influir en la autoestima y las interacciones sociales.
Cómo ayuda la logopedia a reducir el acento
Los logopedas son profesionales formados para comprender los matices del habla. En el ámbito de la reducción del acento:
- Centrarse en los sonidos problemáticos: Los terapeutas pueden identificar los sonidos con los que una persona tiene dificultades y proponerle ejercicios para practicarlos.
- Ritmo y entonación: No se trata sólo de sonidos. La melodía de una lengua -el tono de voz, el ritmo de las frases- es esencial. Los profesores de lengua pueden ayudar a los alumnos a dominar estos matices.
- Práctica en el mundo real: Desde pedir un café sin confundirse hasta dar en el clavo en una presentación de trabajo, los SLT ofrecen escenarios prácticos para poner en práctica las destrezas.
Aceptar el cambio respetando la propia identidad lingüística
La reducción de la acentuación es un viaje de superación personal, no de autocompensación. Con la ciencia del habla de nuestro lado, podemos lograr una comunicación más clara sin perder el contacto con nuestras raíces.